Management a través del Cine – El Liderazgo
07/04/2016Reuniones de trabajo eficientes
02/06/2016Está roto, quebrado. Las conversaciones fallan, son redundantes, los incentivos no incentivan, las llamadas de atención desmotivan aún más. Está fallando y las posibilidades de resolución parecen haber llegado a su fin.
¿Suena conocido? Estos síntomas pueden suceder y de hecho suceden seguido en cualquier organización. No importa su tamaño, no importa si son o no lucrativas, si aplican una estructura jerárquica u horizontal. Cuando las estrategias o acciones implementadas no dan respuestas a las problemáticas que surgen en la empresa, es momento de llamar a un consultor, un especialista en coaching organizacional.
¿Por qué no fallaría un consultor si ya se probó con todo? Hay varias razones.
En primer lugar, la incorporación de un nuevo elemento cambia el orden de las cosas, da luz, modifica la estructura, ve el problema desde afuera, sin intereses o sentimientos o historias pasadas con los protagonistas. ¡Es algo nuevo que aparece en algo que está estancado!
Al mismo tiempo da un mensaje positivo dentro de la empresa; la presencia de un tercero, un externo a la organización, proyecta que se está intentando buscar una solución, que el problema preocupa y ocupa. En efecto, eso siempre es visto con buenos ojos por los empleados.
Para puertas afuera también se convierte en una ventaja competitiva que a la vez sirve para atraer nuevos talentos. Demuestra que a la organización le importa solucionar los conflictos de sus distintos empleados o equipos.
En mi caso en particular, cuando me convoca una empresa, rápidamente noto la preocupación, la ansiedad, la necesidad. ¡Están realmente agotados!
Ante esto, pienso, evalúo, analizo, propongo un plan de acción y una estrategia de intervención. Mi principal perspectiva en la búsqueda de buenos resultados surge a partir de la conversación entre todas las partes, comprometiéndolos a la escucha activa y diferencial.
Cuando aparece un externo, es realmente notable cómo surge nueva información que antes no se manifestaba, síntomas que se mantenían ocultos. Se facilita la comunicación y es así como aparece lo sustancial del contenido, las nuevas ideas, los puntos en común, perspectivas que se comparten. Se empieza, ahora sí, a construir.
¿Crees que estás necesitando un consultor?
Contactame y analicemos juntos si es momento de dar ese paso.
¿Suena conocido? Estos síntomas pueden suceder y de hecho suceden seguido en cualquier organización. No importa su tamaño, no importa si son o no lucrativas, si aplican una estructura jerárquica u horizontal. Cuando las estrategias o acciones implementadas no dan respuestas a las problemáticas que surgen en la empresa, es momento de llamar a un consultor, un especialista en coaching organizacional.
¿Por qué no fallaría un consultor si ya se probó con todo? Hay varias razones.
En primer lugar, la incorporación de un nuevo elemento cambia el orden de las cosas, da luz, modifica la estructura, ve el problema desde afuera, sin intereses o sentimientos o historias pasadas con los protagonistas. ¡Es algo nuevo que aparece en algo que está estancado!
Al mismo tiempo da un mensaje positivo dentro de la empresa; la presencia de un tercero, un externo a la organización, proyecta que se está intentando buscar una solución, que el problema preocupa y ocupa. En efecto, eso siempre es visto con buenos ojos por los empleados.
Para puertas afuera también se convierte en una ventaja competitiva que a la vez sirve para atraer nuevos talentos. Demuestra que a la organización le importa solucionar los conflictos de sus distintos empleados o equipos.
En mi caso en particular, cuando me convoca una empresa, rápidamente noto la preocupación, la ansiedad, la necesidad. ¡Están realmente agotados!
Ante esto, pienso, evalúo, analizo, propongo un plan de acción y una estrategia de intervención. Mi principal perspectiva en la búsqueda de buenos resultados surge a partir de la conversación entre todas las partes, comprometiéndolos a la escucha activa y diferencial.
Cuando aparece un externo, es realmente notable cómo surge nueva información que antes no se manifestaba, síntomas que se mantenían ocultos. Se facilita la comunicación y es así como aparece lo sustancial del contenido, las nuevas ideas, los puntos en común, perspectivas que se comparten. Se empieza, ahora sí, a construir.
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