Hay una frase de Arthur Clarke que me encanta: “La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá, hacia lo imposible”. ¡Y es justamente eso! Aventurarse, pensar fuera de la caja, celebrar lo nuevo, aceptarlo, considerarlo un aliado y no lo contrario. ¡No ponernos palos en nuestras propias ruedas!

Hace mucho tiempo que consideré la consultoría a distancia y hace ya varios años que la implemento y mi respuesta es: Sí, sí al coaching organizacional por canales no presenciales, incorporando la tecnología. Es igual de efectivo y en muchos casos inclusive brinda mejores resultados.

Desde mi perspectiva, la conversación es el pilar fundamental para realizar una intervención exitosa y en ese sentido, la presencia física no es una condición sine qua non para obtener esos buenos resultados. Ya sea en persona o a la distancia, la metodología de trabajo es la misma: Escuchar al individuo o a la organización y pensar estrategias de solución en conjunto, pero no cualquier solución prediseñada, cualquier lugar común. Hablo de una solución personalizada, que abarque al conflicto en todas sus dimensiones.

¡Ojo! Al principio yo también tuve mis dudas, pero luego me di cuenta que la virtualidad sortea algunas resistencias u obstáculos que pueden surgir en el modo presencial. Ahí descubrí que además de cómodo, íntimo, flexible e inmediato, también podía ayudar con información extra de mucho valor.

Ya sea vía Skype u otras plataformas lo fundamental es que nos animemos a intentar y en eso la tecnología es una gran aliada ya que mantiene los componentes básicos de mi propuesta: la conversación, la escucha activa y la disposición a encontrar una solución a eso que nos está afectando en el trabajo.

En una sesión de coaching a distancia al principio el proceso puede parecer extraño, pero rápidamente se naturaliza y termina siendo una experiencia muy cómoda y profunda a la vez.

¿Nunca lo implementaste? ¿Necesitas que te acompañe? Te propongo que nos familiarizarnos juntos con estas herramientas de comunicación. Hay un mundo más allá, está bueno animarse. No hay límites.